Los Felinos
Son los cazadores más efectivos del reino animal. Son seductores y peligrosos, de cuerpos fuertes, veloces y miradas inquietantes. Pertenecen a los animales vertebrados, exclusivamente a los carnívoros y a la clase de los Mamíferos. Viven en casi todo el mundo, a excepción de Australia, Madagascar, algunas islas oceánicas y la Antártida. Están adaptados para vivir como depredadores; todos los miembros de la familia poseen un cuerpo ligero y ágil con el pelaje suave, tienen la vista y el oído muy desarrollados, sus garras y dientes están diseñados de forma perfecta para lacerar la carne de sus presas y tienen mandíbulas robustas y fuertes que casi no mastican la carne que ingieren.
Todos los félidos son digitígrados, es decir, que caminan sobre los dedos y con la parte posterior del pie elevado. Las extremidades anteriores tienen cinco dedos y las posteriores cuatro; las zarpas están provistas de almohadillas, que permiten al animal caminar sin hacer ruido, y con uñas largas, afiladas y completamente retráctiles (a excepción del guepardo).
La mayoría de los félidos son activos al amanecer o al atardecer, aunque también pueden cazar por la noche o a plena luz del día. Sus ojos están muy bien adaptados a los cambios de luminosidad. Cazan en solitario o en grupos familiares, y el éxito de la captura dependerá sobre todo de la vista y el oído; el olfato también está muy desarrollado, pero éste lo suelen emplear en el examen de la presa y en el reconocimiento del territorio marcado con orina por otros machos de la especie. El macho es, por lo general, más grande que la hembra, que suele tener la misma complexión y coloración que aquél. La mayoría de los félidos son monógamos (se empareja un macho con una sola hembra).
Tienen las pupilas rasgadas que les permite un control mucho mayor sobre la cantidad de luz que entra en el ojo, por una razón muy simple: cuando es de noche y hay poca luz ambiental, la pupila puede abrirse hacia los lados, teniendo una apertura mucho mayor que la humana, y permitiendo así que entre mucha más luminosidad. Cuando es de día, y el órgano no necesita tanta luz ambiental, el iris se cierra al máximo dejando una ranura vertical, y a partir de ahí se puede seguir controlando la luminosidad que atraviesa la rendija, abriendo o cerrando los párpados. Para mejorar aun más la visión con poca luz, los felinos tienen una capa reflectiva llamada Tapetum Lucidum detrás de la retina para aumentar la cantidad de luz captada por las células foto receptoras. Esta capa puede aumentar entre 30 y 50 veces la sensibilidad de los bastones (células foto receptoras sensibles a la luz).
No todos los grandes felinos rugen. Esa atronadora amenaza está reservada para leones, tigres, leopardos y jaguares. El resto de los grandes felinos debe transmitir sus advertencias con gruñidos, escupitajos, siseos y ronroneos. Todos los grandes felinos con excepción de los guepardos, tienen mandíbulas retractables.
Todos los félidos son digitígrados, es decir, que caminan sobre los dedos y con la parte posterior del pie elevado. Las extremidades anteriores tienen cinco dedos y las posteriores cuatro; las zarpas están provistas de almohadillas, que permiten al animal caminar sin hacer ruido, y con uñas largas, afiladas y completamente retráctiles (a excepción del guepardo).
La mayoría de los félidos son activos al amanecer o al atardecer, aunque también pueden cazar por la noche o a plena luz del día. Sus ojos están muy bien adaptados a los cambios de luminosidad. Cazan en solitario o en grupos familiares, y el éxito de la captura dependerá sobre todo de la vista y el oído; el olfato también está muy desarrollado, pero éste lo suelen emplear en el examen de la presa y en el reconocimiento del territorio marcado con orina por otros machos de la especie. El macho es, por lo general, más grande que la hembra, que suele tener la misma complexión y coloración que aquél. La mayoría de los félidos son monógamos (se empareja un macho con una sola hembra).
Tienen las pupilas rasgadas que les permite un control mucho mayor sobre la cantidad de luz que entra en el ojo, por una razón muy simple: cuando es de noche y hay poca luz ambiental, la pupila puede abrirse hacia los lados, teniendo una apertura mucho mayor que la humana, y permitiendo así que entre mucha más luminosidad. Cuando es de día, y el órgano no necesita tanta luz ambiental, el iris se cierra al máximo dejando una ranura vertical, y a partir de ahí se puede seguir controlando la luminosidad que atraviesa la rendija, abriendo o cerrando los párpados. Para mejorar aun más la visión con poca luz, los felinos tienen una capa reflectiva llamada Tapetum Lucidum detrás de la retina para aumentar la cantidad de luz captada por las células foto receptoras. Esta capa puede aumentar entre 30 y 50 veces la sensibilidad de los bastones (células foto receptoras sensibles a la luz).
No todos los grandes felinos rugen. Esa atronadora amenaza está reservada para leones, tigres, leopardos y jaguares. El resto de los grandes felinos debe transmitir sus advertencias con gruñidos, escupitajos, siseos y ronroneos. Todos los grandes felinos con excepción de los guepardos, tienen mandíbulas retractables.
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